jueves, 24 de enero de 2008

Alexandra Brezeanu

se prostituía y Costantine era el proxeneta que la explotaba. El pasado día 24 la roció con gasolina y la dejó muerta en un descampado de Alcalá de Henares. Tenía 21 años. Ella no ha sido reclamada por sus familiares. Hoy nos dice el País que ya han sido localizados en Constanza- Rumanía- .
Me pregunto el terror (de terrorismo) que habrá sufrido Alexandra. Y pienso también en sus padres, en sus hermanos, en sus condiciones de supervivencia, en el terror (de terrorismo) que habrán sentido al saber, al imaginar...
En Rumanía, en esta época, se pueden alcanzar los veinte grados bajo cero y los sueldos no llegan para comprar pan y leña. Es una ciudad comunitaria, pero las rumanas no pueden trabajar en nuestro país. Pueden circular, pero no trabajar ¿Alguien lo entiende?
Pienso en los prostituidores de Alexandra y me pregunto por qué nadie piensa en ellos ni denuncia sus prácticas de dominación y abuso. Pobre Alexandra.
De terrorismo. Eso.

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