sábado, 15 de mayo de 2010

De recortes y justicias

Es tanto lo que sucede a mi alrededor que no sé ni por dónde empezar a ordenar mi pensamiento. Soy consciente de la inmensa maquinaria que nos mueve y de la poca o nula influencia de mis palabras. Pero necesito decir y expresar el rechazo profundo que siento ante las medidas de mi gobierno y ante la actuación de mi sindicato.

No puedo entender unos recortes que olvidan a las grandes fortunas, a la iglesia, a las sociedades anónimas, o a la clase privilegiada por unas leyes hechas a su medida; no puedo entender que desde los sindicatos se convoque a una huelga del funcionariado, porque el alcance debería ser mayor y porque esta huelga divide más que une. La huelga debería ir contra los especuladores financieros, contra los paraísos fiscales, contra la lentitud en la justicia cuando de hacer Justicia se trata, contra la corrupción y el olvido.

Me duele ver a Garzón perseguido, juzgado y condenado a todo trapo. No sé si instruyó un sumario que correspondía a otro juzgado, pero sí nos han dejado claro quién manda aquí y qué cosas no se deben ni pueden tocar. Cuánto odio se palpa bajo las togas y qué satisfacción sentirá el sr. Varela ante el deber cumplido con la inestimable ayuda de la derecha extrema y limpia como el jaspe.

Y paren ya de decir que la justicia es igual para todos. Paren, por favor.