
En la antigua República Democrática Alemana, un sistema férreo controla y vigila a los ciudadanos. Pero tras los sistemas, los aparatos, esos palabros tan impersonales que utilizamos tan a menudo, hay personas. Personas tan deshumanizadas, las más de las veces, que sentimos estos sistemas como indestructibles; pero no es así, y eso nos muestra este joven director, que la transformación es posible, que Otro mundo es posible. Porque si un ser se regenera, la esperanza tiene futuro.
(Ulrich Mühe fue galardonado con el Premio al Mejor Actor)
1 comentario:
Vi hace un mes la película y no puedo olvidarla ni tampoco quiero. La ultima escena la tengo de salvapantallas. Gracias
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