Me desagrada profundamente la política tal y como la observo, me parece un espacio inmenso de cotilleo en el que se alimenta lo peor que nos conforma. No obstante, y a la vez considero que no podemos pasar de ella. Es como un deber de ciudadanía al que deberíamos dedicarle algunos años; y también de paso aprenderíamos a ver lo fácil que es criticar desde una posición ajena a los conflictos.
Estoy cansada de las críticas que se vierten sobre Los Verdes ante la modificación del discurso mantenido en algunos aspectos cuando eran oposición, así como si la responsabilidad de gobernar hubiese recaído exclusivamente en este grupo. Duele tener que explicar algo tan sencillo, pero parece que es necesario. Formar parte de un gobierno a tres, o a cuatro, implica renunciar, negociar, consensuar..., o de otra manera sería imposible la gobernabilidad. Lo sabíamos la noche misma de las elecciones, cuando a la vista de los resultados empezábamos a acariciar la idea de entrar al Ayuntamiento. Sabíamos lo que nos separaba de otros, pero también la representación que el pueblo nos había dado, y por tanto sabíamos que tendríamos que ceder en diferentes cuestiones por una elemental cultura democrática. De manera que asumimos este reto por responsabilidad. Ha sido nuestro alcalde, Monserrate Gullén, el que con su carácter afable y conciliador ha facilitado este escenario.
Así pues, dejen de hablar de incoherencias y empiecen a hablar de responsabilidad de un grupo y de un alcalde que debe representar a toda la ciudadanía.
Estoy cansada de las críticas que se vierten sobre Los Verdes ante la modificación del discurso mantenido en algunos aspectos cuando eran oposición, así como si la responsabilidad de gobernar hubiese recaído exclusivamente en este grupo. Duele tener que explicar algo tan sencillo, pero parece que es necesario. Formar parte de un gobierno a tres, o a cuatro, implica renunciar, negociar, consensuar..., o de otra manera sería imposible la gobernabilidad. Lo sabíamos la noche misma de las elecciones, cuando a la vista de los resultados empezábamos a acariciar la idea de entrar al Ayuntamiento. Sabíamos lo que nos separaba de otros, pero también la representación que el pueblo nos había dado, y por tanto sabíamos que tendríamos que ceder en diferentes cuestiones por una elemental cultura democrática. De manera que asumimos este reto por responsabilidad. Ha sido nuestro alcalde, Monserrate Gullén, el que con su carácter afable y conciliador ha facilitado este escenario.
Así pues, dejen de hablar de incoherencias y empiecen a hablar de responsabilidad de un grupo y de un alcalde que debe representar a toda la ciudadanía.
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