Termino ahora de leer a Petros Márkaris con una mezcla de desánimo y gratitud. Me desanima ver que la corrupción es y se hace en un continuo incesante, con unos protagonistas -pocos- y una ciudadanía espectadora y perpleja desde los márgenes. Y agradezco la expresión de unos análisis que me ayudan a ver mejor.
Una sucesión de artículos publicados desde el 2010 en Alemania analizan la crisis griega y sorprende comprobar la similitud que existe con nuestra situación actual en nuestro país.
Son muchos los momentos en los que recurre a Berltot Brecht: "Venga, haz un plan,/ sé una lumbrera/ y luego haz otro plan;/ verás como ninguno prospera."
La impotencia deja paso a la esperanza casi por necesidad, pero nos muestra sus miedos con la sencillez que le aporta el saber aprendido: "tengo mucho miedo, porque en la época de la falsa riqueza tiramos por la borda no sólo nuestra pobreza, sino también nuestros valores, porque pensábamos (¡qué error!) que estos valores eran parte de nuestra miseria."
Defiende el valor de las artes, de la literatura, de la poesía, valores profundos y duraderos que nos permiten un mejor vivir en estos tiempos y en estas sociedades enfermas.
Una amiga puso en mis manos este libro. Gracias.
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