Creía conocer bastante bien la vida de Mª Teresa León y cuántos errores y no pequeños contenía. Mientras daba con alguna de esas malinterpretaciones pensaba en mi vida, en la vida de las otras personas. Creemos conocerlas, creen conocernos y no es cierto. Por eso agradezco a JL Ferris que haya puesto ese empeño y dedicación en poner las palabras justas contra el olvido.
Dentro del activismo político de los dos, justo es reconocer que vivieron una situación de privilegio. La clase política se protege, eran brillantes intelectuales de izquierdas, del Partido Comunista, y siempre tenían unas manos tendidas donde quiera que fuesen. Les avalaba su compromiso, sí, pero para otros ese aval no fue suficiente. Y hablo de Miguel Hernández. Tal vez "él se lo buscó" como dijo su padre el día que venían sus amigos de su entierro; tal vez se lo buscó por tener el descaro de enfrentarse a todo un grupo, concienciado, sí, pero celebrando fiestas mientras otros morían o veían morir a compañeros en el frente. "Aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta". Y esa fue su sentencia. No la bofetada de Mª Teresa, sino el olvido al dejarlo solo al marcharse y el olvido al elaborar una lista de compañeros que debían tener protección en la embajada chilena a cuyo frente estaba Carlos Morla Lynch.
Otra cosa que ha regresado a mí con una virulencia intensa ha sido el recordar el comportamiento de Pablo Neruda con respecto a su hija Malva Marina nacida con hidrocefalia y rechazada por el poeta en cuanto es consciente del problema. La define como "un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos" ¿Cómo se puede salvar la vida a miles de republicanos, componer versos que ya son inmortales y rechazar así a un ser carne de tu carne? Ni siquiera la manutención, nada. Esto es una incógnita para mí. No puedo comprenderlo.
Y por último el gran Alberti, Rafael, su querido Rafael, que se dejó querer y la quiso, pero él siempre cometa y ella cola, el "feminismo de consentimiento" que diríamos ahora. Cuando enfermó, la abandonó también, era demasiado doloroso para él. Como diría B. Gimeno: qué piel tan fina.
De su producción sabemos menos de lo que deberíamos. Por ser mujer. Era buena prosista, creativa, trabajadora, multifacética -teatro, novela, cuentos, adaptaciones para el cine, radio..-
Nos dice Ferris que cuando finalmente y entre muchos convencieron a Alberti para que fuese a verla, perdida toda, perdida ella, Mª Teresa, soy yo, Rafael, ¿no me conoces...? Entonces Mª Teresa León Goyri le propinó una tremenda bofetada.
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