"Tierra de Ángeles" es una película sueca del año 2004 y dirigida por Kay Pollak. Es una película que no te deja indiferente si tienes vocación integradora, si adviertes el valor que cada persona contiene y compartes el gozo de verlo salir a la superficie.
Pollak había abandonado el cine ante el impacto que le produjo el asesinato de Olof Palme ocurrido al salir, junto a su mujer, de una película suya que participaba en el Festival Internacional de Berlín. Era el año 1986 y, como consecuencia del trauma, se retiró del cine.
Pero pasados unos años -por fortuna algunos traumas se superan- decidió regresar. Esta decisión la fue madurando cada día cuando acudía a recoger a su mujer a la salida del coro en el que participaba. Se dio cuenta que "el coro era una metáfora de la vida."
La película narra el proceso de transformación de un pueblo pequeño a raíz del regreso de un famoso director de orquesta que tras haber llegado a la cumbre de su carrera decide retirarse al lugar donde había nacido. Entre unos y otras lo convencen para que dirija el pequeño coro de la Iglesia y él acepta, pero impone o se impone una condición: deberá participar todo el pueblo.
Aparecen microhistorias, violencia de género, falta de autoestima, envidias... Pero todo será superado, integrado en multitud de voces que cantan al unísono y alumbran esa especie de sinfonía que les trasciende. La metáfora sería "todas las personas somos necesarias, el coro se enriquece con las distintas voces, les tensiones se relajan y aparece el bienestar.
Existen lugares, proyectos, ideas en las que puede darse esto. La aspiración ha de ser modesta, pero determinante: si cambiamos un poco nuestro mundo, cambiamos el mundo.
El corazón de las personas que cantan en un coro late al unísono y sus emociones se sintonizan.
No sé... Tengo la impresión de haber escrito ya la cita anterior.
La veremos en breve, por supuesto.
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