Corrupción en San Fulgencio ¿Investigación?

Investigación fue lo que creí, ingenua de mí, cuando adelantó la noticia La Verdad y en la Ser de Orihuela se felicitaba a los redactores por su periodismo de investigación. Me sentí bien al pensar que, por fin, agunos medios no se limitaban a reproducir lo que recibían o dar cobertura cuando eran llamados. Esto marcha, pensé, la corrupción ha de ser mostrada así, con pruebas, con nombre y apellidos para vergüenza y temor de unas y otras personas.

Pero no. El asunto no fue así, sino que fueron los interesados los que prepararon las pruebas por si acaso. Llegó el acaso y sacaron el vídeo. De no haber llegado estarían todos de rositas y potenciales compradores pagando esos 200.000 euros finales que repercutirían en las casas, por supuesto. Porque nunca se piensa en el robo indirecto. Finalmente es el pueblo el que paga con abuelas, tías y vecinas sosteniendo a unos jóvenes que no pueden pagar una hipoteca porque el piso ha sido puesto en el mercado con el valor añadido del pago a los corruptos.

Falla un sistema de control, porque ha habido enriquecimientos ilícitos y se sabe. Un cuarto de riqueza mundial se encuentra en paraísos fiscales y se blanquean ingentes cantidades procedentes del sufrimiento de los pueblos.

La crisis que padecemos es mundial, me revuelve el estómago las medidas, inyecciones y reuniones de los grandes y va siendo hora de que se planteen soluciones globales.

¿Quién tiene pues el mérito de que Barrera esté en la cárcel?, ¿los corrompedores que entregan el sobre y se cubren con el vídeo en el macetero?

¡Oh, Virgen, que diría alguien!