En estos días pasados he podido comprobar la parcialidad de los medios y la penosa servidumbre a las consignas de los partidos políticos cuando la persona a defenderlas sabe que esa consigna no responde a los intereses de la comunidad.
El deterioro del hospital no es cuestionable: puertas que no cierran, paredes sucias, mobiliario viejo, falta de sanitarios, quirófanos cerrados... No merece la pena extenderse, pues ya es sabido. A esto se le llama estado de abandono.
La Plataforma Vega Baja Salud surge porque la clase política no hace bien su trabajo . Son necesarias las mociones y los micrófonos, pero no suficientes. He visto la tibieza de colectivos, como una especie de miedo a significarse por muy justa que sea la causa. He escuchado a entrevistadores iniciar una entrevista así: Buenos días, Sr. o Sra... ¿qué tiene usted que decir con respecto a la movilización convocada, parece ser que sin mucho sentido, pues hemos sabido de las mejoras que han anunciado.... Y la persona en cuestión vierte entonces un discurso enlatado donde no se olvida nunca introducir las palabras democracia, honestidad y responsabilidad... Mmmmmm... ¿por qué será?
Por contrapartida observo un despliegue de medios ofertados desde los ayuntamientos por el tema del agua. Y me pregunto cuánto dinero se va a gastar en algo que debería responder al sentido común. Hay cuestiones de Estado y el agua, la sanidad y la educación no deberían ser motivo de polémica bajo ningún concepto. Que una autonomía se apropie de su río y no pueda el pueblo de más abajo beneficiarse del agua sobrante es algo tan falto de sentido común que habría que jubilar a los ideólogos del planteamiento de la posibilidad. Porque tras esa posibilidad van estudios técnicos, plenos, comisiones y un río de dinero con el que se podrían hacer realidades.
Y salgo a la calle porque tenemos un hospital por el que luchar.
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