La memoria y el perdón es el último libro de Amelia Valcárcel. Recuerdo haber comentado con unas amigas que últimamente pensaba mucho en el perdón ¿Quién no ha dicho alguna vez "perdóname"? No hace mucho solicité un perdón que me fue concedido. Otras veces he sido yo la que ha recibido esa demanda y he podido comprobar que a veces la ofensa recibida se disuelve como un azucarillo en agua, sin necesidad de concretar la solicitud, pero otras no. No depende de nuestra voluntad. Y eso es terrible, o humillante, o tal vez requiere la aceptación de nuestra condición, de nuestros límites.
Una ofensa la concibo como un dardo que afecta a zonas vitales o superficiales. Y a veces el perdón tiene un aliado: el olvido. Pero entonces, ¿estamos perdonando?
Amelia Valcárcel se pregunta si es posible, si sirve para algo, quién puede hacerlo... Y yo encuentro multitud de matices en base a mi experiencia.
Reconozco que compré el libro enseguida pensando que el tratamiento del perdón sería personal, pero era colectivo. Aunque la colectividad está conformada por personas, por lo que son traspasables las reflexiones de uno a otro plano.
También juega un papel importante la intencionalidad de la persona que te haya ofendido o a la que hayas ofendido, aunque eso ya es subjetivo.
¿Cómo podría perdonar Primo Lévi la serie de crueldades inimaginables descritas en su libro Si esto es un hombre?, nos recuerda Amelia Valcárcel. "Abandonad toda esperanza", olvida lo que has sido y esperado, aunque esto desemboca directamente en la muerte. Primo Levi acabó tirándose por el hueco de una escalera.
¡No esperéis ya más ver el cielo!
Aquí vengo a llevaros a la otra orilla
a las tinieblas eternas, al calor y al hielo
La Divina comedia. El Infierno. Parte III
1 comentario:
Pruebo a ver si esto funciona. Disculpen.
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