martes, 9 de mayo de 2017

Transexualidad. Respuesta a Miranda Yardley


Ayer leí el artículo de Miranda Yardley con un título definitivo: la ideología transgénero no apoya a las mujeres, seguido de una serie de recomendaciones que la ideología transgénero debería de hacer para apoyarlas. Ni por un momento cuestiona si en la discriminación que sufre este colectivo tenemos algo que ver la sociedad y la presión que se ejerce sobre lo diferente, lo no normativo.
Es por lo que expreso mi punto de vista a continuación. He recogido lo que me parece más relevante en los puntos que plantea, aunque se puede leer el artículo completo en el enlace aportado.

Punto 1
Aceptar que el feminismo y otros movimientos de mujeres no se centran, y no deberían, en la gente transgénero. En este momento, lo trans domina las discusiones e incluso provoca enormes fisuras ideológicas dentro del feminismo
El feminismo no se centra, ni debería centrarse en las mujeres transgénero. Sencillamente aceptarlas respetando su identidad y seguir adelante. Si lo trans domina las discusiones feministas es porque 1º: o bien no se acepta a las mujeres trans en los espacios feministas o 2º: las reivindicaciones de Igualdad con todos sus derivados no son tan potentes o prioritarias si dan lugar  a que sean desplazadas por la problemática trans.

El hacer referencia a la mutilación genital lo considero demagogia.

Punto 2
Aceptar que tienen un vínculo endeble con la ciencia.
La ciencia se ha limitado a patologizarlas, a catalogarlas de enfermas mentales y a proponer la cirugía para llegar a la “normalización”. ¿Aceptamos o no la diversidad?, ¿Aceptamos las identidades?, ¿al colectivo LGTBI?
¿Respetamos que cuando las personas transgénero reivindican ser lo que sienten y viven el rechazo tienen que activarse para ser visibles y respetadas como ha sucedido con cualquier otro colectivo oprimido desde que el mundo es mundo?
Considero que el movimiento feminista es un movimiento político que tiene como objetivo la transformación de la sociedad, lo cual lleva a denunciar y amparar a los grupos oprimidos, también a las mujeres trans, atrapadas por un sistema que sólo concibe un modelo binario.

Punto 3
Aceptar que sexo y género no son la misma cosa… todas las transmujeres son biológicamente machos.
¿Y? Hay niñas con pene y niños con vulva. Está defendiendo exclusivamente que la biología es lo que marca, que la biología es un destino. Está negando una realidad. Y no perdamos de vista que una mujer trans está perdiendo los privilegios  patriarcales ¿Son masoquistas estas mujeres?

Punto 4
Aceptar que el feminismo es para las mujeres y las niñas y no para las transmujeres
Niega las construcciones identitarias de un plumazo. Y el feminismo ha de respetarse a sí mismo y hacerse respetar. Con estas generalizaciones lo que hace Yardley es cosificar a las mujeres trans. Si existen ataques, se contestan; si existe un problema, se aborda, pero de entrada no podemos excluir, porque entonces seremos lo que tanto nos molesta: excluyentes.

Punto 5
Dejar de alegar que son mujeres  basados en la suposición desacreditada y sin base científica, de que hay un sexo cerebral.
No es una alegación. Es una realidad. Otra realidad que niega. El sexo está en el cerebro.
El área preóptica del hipotálamo, encargada de regular las conductas de apareamiento, tiene casi el doble de tamaño en los hombres en comparación con las mujeres, y tiene también casi el doble de células, una distinción que al parecer comienza a desarrollarse a partir de los 4 años de edad.

Punto 6
Dejar de insistir en que se borre el lenguaje apto para describir a más del 50% de la población con tal de satisfacer los frágiles egos de ese 0’3% que constituye la gente trans
Me duele leer esta idea así expresada. Parece que el “ser más” sea un argumento válido. Si la realidad cambia o una realidad negada sale a la superficie habrá que nombrarla, identificarla. En cuanto a “los frágiles egos” deberíamos preguntarnos, de ser así, si tenemos alguna responsabilidad como sociedad.

Punto 7
Reconocer que las vidas trans son diferentes de las vidas de las mujeres y que las mujeres tienen derecho a sus propios espacios
Y tanto que lo reconocen, puesto que las viven. Viene a decir: Vive tu vida como puedas, deja mis espacios y no me compliques. Otra vez las niega, las excluye, no las reconoce. También entiendo que dentro de las vidas trans existe parecida diversidad o diferencias que dentro de las vidas de las mujeres "normalizadas".

Punto 9
Aceptar que las lesbianas son mujeres que se sienten atraídas por las mujeres.
¿Acaso no aceptan que las lesbianas se sienten atraídas por mujeres? Y dentro de las lesbianas como dentro de cualquier grupo las habrá transfóbicas o no transfóbicas. Qué tiene que ver esto con la aceptación de una mujer trans?¿Acaso viene a ligarte o violarte? No reconoce a la persona.

Punto 10
Aceptar que los hombres y las mujeres son socializados de manera distinta
Sí, los hombres y las mujeres son socializados de maneras distintas, hasta ahora. Por fortuna tenemos ya un colectivo de madres y padres que detectan, apoyan y socializan a sus niños con vulva como niños y viceversa. El sufrimiento que les ha supuesto a las comunidades trans esa “socialización” es cuanto menos para comprender reacciones digamos que políticamente incorrectas.A pesar de que como dice Miquel Missé se refuerza el sistema binario negando pues la diversidad. Motivo de reflexión seria.

Punto 11.
No es aceptable que acalles todo debate que no puedes dominar
Ahí sí que estamos de acuerdo. Negar debates enquista el resentimiento y no ayuda en nada a crecer, comprendernos y comprender el mundo que nos rodea.

Punto 12.
Aceptar que la realidad es un obstáculo para que el término de la transmujer consiga hacer de las transmujeres un subconjunto de las mujeres
Entiendo que la realidad es cambiante, como el lenguaje. Nombrarse transmujeres es una manera de visibilizarse, de reivindicar derechos por conquistar. No pueden ni cambiar su nombre en el DNI si no aceptan ser enfermas mentales.

En la conclusión.
 ¿No contribuimos nosotras, la sociedad en general a que no puedan pensarse o vivirse como personas normales? ¿No es la mirada del otro la que marca cómo nos miramos? ¿No tenemos ninguna responsabilidad mujeres y hombres en este asunto?

"Tenía siete años, apenas siete años, ¡Qué siete años!¿no llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle gritaron ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
"Soy acaso negra?"- me dije. Sí!
"Qué cosa es ser negra?" ¡Negra!
Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía. ¡Negra!
Y me sentí negra, ¡Negra! Como ellos decían ¡Negra!
Y retrocedí ¡Negra! Como ellos querían ¡Negra!
Y odié mis cabellos y mis labios gruesos y miré apenada mi carne tostada. Y retrocedí ¡Negra!

Me Gritaron Negra. Victoria Santa Cruz





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