El regreso a casa de Aminetu Haidar muestra la necesidad de medidas extremas para que algo se mueva. He asistido a este proceso con atención y las trampas han sido continuas. Trampas que invitaban a la desmoralización, a la duda, incluso a poner en cuestión el valor moral de esta mujer. Bastantes comentaristas la han culpado, sin ningún empacho, de la violación de derechos de que había sido objeto. Pero esta mujer, esta mujer, en qué lío nos ha metido, he escuchado.
Frente a todo esto he visto a una Plataforma organizada, unas redes sociales convocando, contando, neutralizando a muchos de estos medios, y, sobre todo, he visto la fuerza de las convicciones, de las ideas, y el poder de éstas para extenderse y resucitarnos. Porque las personas estamos necesitadas de ese resurgimiento del estado apático y conformista en el que nos encontramos, de la re-evolución que nos dice Victoria Sendón única manera de hacer posible otro mundo.
Gracias a Aminetu por su ejemplo, su fuerza y su coraje. Gracias a la Plataforma por su trabajo y por darnos la posibilidad de canalizar nuestro apoyo.
Frente a todo esto he visto a una Plataforma organizada, unas redes sociales convocando, contando, neutralizando a muchos de estos medios, y, sobre todo, he visto la fuerza de las convicciones, de las ideas, y el poder de éstas para extenderse y resucitarnos. Porque las personas estamos necesitadas de ese resurgimiento del estado apático y conformista en el que nos encontramos, de la re-evolución que nos dice Victoria Sendón única manera de hacer posible otro mundo.
Gracias a Aminetu por su ejemplo, su fuerza y su coraje. Gracias a la Plataforma por su trabajo y por darnos la posibilidad de canalizar nuestro apoyo.
En lo leve, esconde lo grave.
En lo grave, muestra dignidad.
(Federico Monsalve)
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