Porque tú pagas, existe la prostitución.
Con este lema de campaña, ideada por el Ayuntamiento de Madrid hace un tiempo, se puso la mirada sobre el consumidor de sexo, cliente o prostituidor, como queramos llamarle.
Impresiona comprobar cómo se juega con la visibilidad o invisibilidad de hombres o mujeres según de qué se trate. Y en este caso, y bajo mi punto de vista, acertaron de pleno, pues ya era hora de dirigirnos a esos hombres que, con su práctica, mantienen y potencian este negocio lucrativo.
En el Día Internacional contra la Explotación Sexual y Tráfico de Mujeres es necesario reflexionar sobre este fenómeno de trata y explotación de mujeres y niñas. Porque la prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, como nos quieren hacer creer repitiendo la frase como si de un mantra se tratara, sino la forma de explotación más antigua que se ejerce sobre la mujer.
Cierto que el tema es complicado, que sale de nuestras fronteras y que la raíz más profunda es la pobreza y desigualdad entre los países de la tierra. Pero la explotación se consuma aquí y aquí es donde hay que poner los medios legales y morales –con legislación y campañas de sensibilización- para que este drama no adquiera mayores proporciones.
El pasado 12 de diciembre de 2008, nuestro Gobierno aprobó el Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual y en uno de los ejes de actuación se contemplaba la creación de un Fondo de bienes decomisados a las mafias para asistir a las víctimas y reforzar la actuación policial. Dicho Plan tiene una vigencia de tres años (2009-2012) y salió dotado con 44 millones de euros. Sólo espero que desde el Grupo Interministerial de Coordinación se realice un seguimiento exhaustivo y transparente que contribuya a eliminar esta monstruosidad. Porque tan importante es crear Planes como establecer seguimientos y evaluaciones rigurosas de los mismos.
Y termino como empecé, poniendo la mirada en ellos a través de otro buen lema que da soporte a la campaña impulsada por la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla: “Entras como cliente, sales como cómplice”.
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