Una regañona es hecha desfilar por la comunidad con la brida puesta, un artefacto de hierro que se usaba para castigar a las mujeres de lengua afilada.
Leo en El País "Los creadores de la nueva Edad Media" y se reconoce que Umberto Eco, Jacques le Golff y Georges Duby son los protagonistas que cambiaron la visión popular de un periodo fundamental. Guilllermo Altares, autor del artículo, hace referencia a una película de Rydley Scot sobre las Cruzadas, también nos recuerda a varios expertos medievalistas y sí, reconoce que la caza de brujas fue uno de los muchos horrores relacionados con el medievo. Y ya. Bueno, no, introduce hasta la visión de Ken Follet.
Entonces es cuando traigo hasta aquí Calibán y la bruja de Silvia Federici un estupendo ensayo sobre la transición de la Edad Media al Capitalismo y el inmenso coste que esto produjo en las mujeres: la expropiación de las tierras comunales, el expolio de América con la apertura del comercio de esclavos dejaron a las mujeres fuera del sistema productivo para ser consideradas "bien común", entendiendo este concepto como el derecho a ser usadas al antojo de los hombres bien en el campo reproductivo, bien en el campo del placer.
Ésa fue la derrota histórica de las mujeres. Con su expulsión del artesanado y la devaluación del trabajo reproductivo la pobreza fue feminizada y se construyó así el nuevo orden patriarcal.
Pero al señor Altares parece ser que no le parece esto relevante,ni, por supuesto nombrar a alguna mujer experta en la Edad Media que haberlas haylas.
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