viernes, 30 de diciembre de 2011

Un poco de humildad para el Nuevo Año

"Se hace urgente un poco de humildad y vernos en perspectiva. El universo tiene 13,7 miles de millones de años; la Tierra, 4,45 miles de millones; la vida, 3,8 miles de millones; la vida humana, 5-7 millones; y el homo sapiens unos 130-140 mil años. Por lo tanto, hemos nacido hace solo “unos minutos”, fruto de toda la historia anterior. Y de sapiens estamos pasando a ser demens, amenazadores de nuestros compañeros en la comunidad de vida. (Leonardo Boff)

Leo a Leonardo Boff, lúcido y disciplinado, en su columna de los viernes. Entonces miro a mi alrededor y comparo, y me deprimo un poco. Y recuerdo que anoche llegué a casa cuando daban el final de La Noche de la Iguana, cuando el anciano poeta consigue, por fin, la inspiración para terminar su poema. Entonces muere. Y me parece que es con este poema con el que deseo felicitar el Año Nuevo

Con qué serenidad la rama del olivo
mira como declina la luz del cielo,
sin un llanto, sin dolor, sin desconsuelo,
sin un rezo por el sol que se ha perdido.

Pero el árbol, por la noche ennegrecido,
llega a un día en que el cénit de su vida
se extinguirá por siempre,
aunque, enseguida,
de él una segunda historia habrá nacido.

Una historia que ya no será angélica,
un contubernio entre la lluvia y el surco.
Pues cuando al final el tierno tallo
tronco caiga como plomada sobre la tierra,
entre tierra y tallo, en placentera guerra,
una intimidad obscena se establece
y otro árbol brota que sus ramas mece
sobre el deseo corruptor de la tierra.

Y otra vez, la rama del olivo
mira como declina la luz del cielo
sin un llanto, sin dolor, sin desconsuelo,
sin un rezo por el sol que se ha perdido.

Ay mi Señor!
si pudiera hallar un nido
que me sirviera de próxima morada
no únicamente en esa rama dorada,
sino en este pobre corazón estremecido

sábado, 3 de diciembre de 2011

En este otoño templado

A veces pienso que ya he dicho lo que pienso en tantas y tan diferentes maneras que no merece la pena escribir nada más. No obstante enseguida siento que escribir es como vivir y si tiene sentido lo uno, también lo otro. De todas formas he de reconocer un cierto cansancio en lo que se refiere al decir.

Acudí hace unos meses a un Pleno de mi Ayuntamiento y terminé sonrojada, aburrida y hastiada ante algunas intervenciones. La sra. Lorente se jactaba de pasear por la calle del Generalísimo de La Aparecida sin que se le moviera una pestaña, a la vez que reprochaba al actual equipo de gobierno el que pretendiese poner a nuestras calles nombres de mujeres. Tal declaración de incompetencia, incultura e insensibilidad me dejó perpleja. Porque no es posible que se nos gobierne, se nos haya gobernado bajo esos parámetros fascimisóginos. Ni siquiera se atienen a la corrección política.

Por fin conseguí y leí Los recuerdos del provenir de Elena Garro Navarro. Libro tan inmenso como inmensa es la injusticia del no reconocimiento de esta gran escritora precursora del realismo mágico. No me extraña si las propias mujeres albergan tan hondamente esa misoginia.

Otro libro que quiero reseñar aquí es El enigma de Jam Morris. Jam, anteriormente James, nos relata con una claridad expositiva, una sencillez y sinceridad apabullantes su experiencia de transformación en la mujer que anhelaba ser. Sólo desde el prejuicio y la mente adoctrinada al servicio de las normas puede cuestionarse este proceso y determinación. Necesitamos una educación y cultura liberadoras para poder ver, entender, amar... No hay otra manera.

Ahora leo el reeditado libro de Marcela Lagarde de los Ríos "Los cautiverios de las mujeres: madres esposas, monjas, putas, presas y locas"y doy gracias al destino por tener acceso a una información-formación que calculadamente se nos ha ocultado.

Ando en una relación de amor-odio con facebook. No sé, no sé... miro de reojo este invento que ni te deja estar ni no estar.