lunes, 18 de marzo de 2013

De política II

Al día de hoy estoy en condiciones de afirmar que el hecho de gobernar, tal y como está montada la estructura, es extraordinariamente complejo. Casi siempre una actuación va ligada a otras en marcha, o requiere la implicación de otras administraciones.
Intentaré explicar con algunos ejemplos:

Depuradoras:
Titularidad: Ayuntamiento de Orihuela.
Responsabilidad de construcción o modernización: EPSAR (Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales) -Organismo que depende de la Consellería-.
Gestión diaria: Aquagest.
Control de vertidos y capacidad sancionadora: CHS (Confederación Hidrográfica del Segura).

La EPSAR recauda en nuestro municipio más de cinco millones de euros, de los cuales transfiere a Aquagest 1.300.000€ para la gestión, invirtiendo el resto en las necesidades que prioricen dentro de la Comunidad Valenciana.
Como nuestras depuradoras están obsoletas, la CHS nos impone sanciones (previa toma de muestras) que ascienden a 300.000€ al año.
Es evidente que tenemos las manos atadas y que sólo una presión constante y machacona sobre la EPSAR podría revertir esta situación.

Con el río ocurre algo parecido. La responsabilidad de su mantenimiento es de la CHS (Comisaría de Aguas), por lo que nuestra capacidad de intervención está limitada a escritos, reuniones, etc., sin olvidar al Juzgado Privativo de Aguas responsable de las acequias.

Las palmeras
Una empresa poda, pero si detecta picudo será otra la que aplique el tratamiento, y si finalmente hay que cortarla será una tercera -dependiente de la Consellería- la encargada de retirarla. Y eso si pertenece al Palmeral, porque en caso de estar en otra parte del municipio será la concejalía de Parques y Jardines la encargada de todo este proceso.

Podrá seguir con los vertederos incontrolados, las basuras, el reciclaje... Algo que debiera ser tan sencillo como el aumento de contenedores para reciclar nos resulta imposible de asumir, pues dichos contenedores se consideran inversión y ésta está prohibida por ley.

Empresas, empresas y más empresas son las encargadas de asumir las funciones más variopintas. A veces me pregunto cuál es nuestro trabajo, o cuál debería ser, porque tras una gestión vendida como propia no hay más que una firma que adjudica a una u otra empresa (con todos los procedimientos legales, eso sí) la realización de un trabajo.

Algo me chirría demasiado a menudo..., y no me gusta.