Supongo que toda esta historia la empezó algún espíritu de la vieja gloria que entró a ver una exposición, se sintió ofendido y sintió hondamente el deseo de que esa obra fuese retirada. A ella o a él le ofendían.
Pero después siguieron los locutores de la Ser de Orihuela. Sí, han leído bien. Recuerdo que iba conduciendo y tuve que soportar más de quince minutos de descalificaciones, juicios, complicidades, ambigüedades... Sí, debe haber libertad de expresión,decían, pero... y ahí metían todo aquello del respeto a la Iglesia, a los símbolos, a Orihuela... ¿Y quién respeta al artista y su trabajo, y quién me respeta a mí? Llamaban descaradamente a la censura. Se repetía mucho el argumento de "los impuestos de todos". Y de todas, pensaba yo. Una, como mujer, está ya acostumbrada a ciertas cosas.
Pero es que, ahora, le ha tocado el turno a nuestro concejal de Educación, Sr. D. Antonio Ortiz. Y lo llamo nuestro porque así lo pienso- o lo pensaba-. Porque nunca imaginé que potenciaría de esta burda manera toda esta polémica a favor de la censura y la descalificación. Es la expresión de un artista y basta con pasar de largo si a una persona no le gusta. Porque puede darse el caso de que tras ella vaya yo y quiera verlo; o tal vez comprarlo.
Hoy leo que la casa de chocolates demandará al autor. Normal. Cuanto más ruido haya de un lado y más silencio del otro, más se llevará el primero.
Recuerdo desde aquí El Cristo de los misiles de Oscar Seco expuesto en Arco, el Cristo Crucificado de León Ferrari o el Cristo llevando a cuestas la M de Mac Donalds. Recuerdo también la impagable ayuda mostrada por el Papa con respecto a la propagación del sida en África o América Latina, porque de nuevo ayer, tuve que escuchar en la Ser de Orihuela decir a alguien que aceptaban- las creyentes- el uso del condón y la maternidad responsable dando muestras de no haber entendido la referencia al preservativo.
Me gustaría ver a la Sra. Ferrando, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela, quitando hierro a este tema, llamando a la tolerancia, negociando con esa empresa de chocolates para que dé marcha atrás... Entonces pensaría que no es cierta la viñeta con la que abro estas reflexiones.
Termino dando todo mi apoyo a Pedro Pablo Abadía Calpena, artista de 23 años, que empieza a vivir la intransigencia.
2 comentarios:
Mi apoyo a Pedro Pablo; empieza a vivir la intransigencia y lo que es peor, la pasividad de un pueblo entero.
Q fuerte me parece lo de nestle, la Ser de Orihuela no me sorprende, esta controlada por la derecha.
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