miércoles, 18 de julio de 2018

Sigo en pie

Leo, pienso, trabajo, sufro, disfruto... "lo importante es sentir la vida" que diría Carmen de Burgos.
También hiero a veces y no me gusta, lo paso mal, pero hay momentos en los que no veo más salida para intentar mantener mi dignidad.
Ya soy otra, más feliz, la verdad, con algún duelo a cuestas, pero ¿ quièn carece de ellos?
Ayer acabé " Celia en la revolución" de Elena Fortún. Inmensa en la exposición sencilla de una de nuestras mayores tragedias recientes. Hoy acabaré "Todos llevan máscara de Laura Freixas. El título me recordaba una historia - no sé si de Las mil y una noches" en la que un emperador  que quería mantenerse eternamente joven se hizo fabricar una máscara. Pasaron muchísimos años y el pueblo se asombraba al ver que su emperador no envejecía. Pero llegó la muerte. Entonces alguien se dio cuenta de que un hilo finísimo se distinguía en la sien. Tiró, y tiró muy despacio hasta despegar la máscara. Entonces, con asombre de todos, vieron que el rostro del emperador era exactamente igual al de la máscara.
Me cuesta leer el año 96 de L. Freixas. Todo lo asocio al tiempo de mi pérdida más terrible. Pero me gusta, es honesta y no esconde esas pequeñas miserias de las que estamos hechas. Lo acabaré. Me recuerda tambièn los diarios de V. Woolf. Hay que ser valientes. Yo también lo serè algún día.
Sólo me arrepiento de las veces que pedí perdón sin deber hacerlo. He perdido y ganado en estos dos años, pero en mi balanza personal las ganancias superan las pérdidas.
Soy moderadamente feliz.

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