jueves, 24 de marzo de 2011

Sobre Libia y el poder como dominación

Busco en la red a las maestras del feminismo por encontrar un referente respecto a nuestra intervención en la guerra de Libia y sólo encuentro la voz contundente, clara y sin complejos de Victoria Sendón de León. Ayer, en Entretodas, encontré un libro reciente de la colección Feminismos que envía regularmente el Centro de Estudios de la Mujer: "Género, conflicto y construcción de la paz" de Eva Espinar Ruiz y Eloísa Nos Aldás. Ahí encuentro respuestas y algo de calma en este desasosiego en el que me encuentro desde que vi cómo nuestro mundo civilizado, con un mandato civilizado de la ONU se lanzaba a la destrucción y a la guerra, para "salvar a un pueblo de un tirano" dicen. Veremos en qué queda.

En el libro del que hablaba se hace referencia a Virginia Wollf y su texto "Tres guineas" escrito en respuesta a un señor que le pedía una reflexión sobre cómo parar la guerra. Virginia escribe: "la mejor manera en que podemos ayudarle a evitar la guerra no consiste en repetir sus palabras y seguir sus métodos, sino en hallar nuevas palabras y crear nuevos métodos".
Encuentro también una referencia a la organización de las mujeres en la construcción de la paz: Mujeres de Negro, Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, Coordinadora de Viudas de Guatemala, Coordinadora de Madres de El Salvador... Movimientos todos pacíficos que ponen de manifiesto otra manera de hacer las cosas.
La resolución 1325 de la ONU, aprobada en el año 2000, habla de la inclusión de las mujeres en los procesos de paz. Me pregunto cuántas mujeres han intervenido en esta decisión y dónde están las voces críticas con esta manera de resover conflictos; o tal vez se trata de otra cosa.

Algo dentro de mí dice muy claro que bajo ningún concepto puede justificarse una guerra, que no podemos sumarnos ni callarnos ante lo que está sucediendo y que las mujeres debemos trabajar por el mantenimiento de la vida y la construcción de la Paz Mundial.

Las preguntas que tenemos que formularnos y contestarnos, con referencia al desfile, en este momento de transición, son tan importantes que bien pudieran cambiar la vida de todos los hombres y de todas las mujeres para siempre. Sí, porque tenemos que preguntarnos, aquí y ahora: ¿Deseamos unirnos al desfile o no? ¿Con qué condiciones nos uniremos al desfile? Y, sobre todo, ¿a dónde nos conduce ese desfile de hombres con educación?

Fragmento de Tres Guineas. Virginia Woolf

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