lunes, 31 de marzo de 2008

La mujer en Irán: Delaram Ali




Delaram Alí descubrió el significado de la revolución islámica a los seis años. Fue el día en que su madre le explicó que ya no podía montar más en bicicleta ni salir a la calle a jugar con los chicos vecinos porque era una niña. "No es que a ella le importara, pero estaba el qué dirán", recuerda ahora cuando se le pregunta cómo despertó a la militancia feminista. Corría 1989 y el clero ya había afianzado su poder e impuesto su estricta y puritana moral a todos los iraníes. Algún ayatolá había decidido, entre otras cosas, que las mujeres no deben montar en bicicleta porque el pedaleo puede excitar a los hombres. Incapaz de entender aquello, la pequeña Delaram se cogió un buen berrinche...
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He querido priorizar las denuncias, pero son tantas... La otra tarde, mientras veía el tumulto de gentes dispuestas a linchar a un hermano del pederasta de Mari Luz, pensaba en lo necesaria que es la reprobación social para que, si no por convicción moral, por miedo a la sociedad, tengamos un poco de decencia. Claro que eso sería en una sociedad sana y libre, que no es el caso. El desastroso funcionamiento de la Justicia en este país requiere un saneamiento y depuración inmediatos. No valen excusas tan burdas como una funcionaria de baja. El titular de ese juzgado, Rafael Tirado, debería estar cesado a estas horas. No se pierdan la cronología de los hechos.


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