sábado, 23 de junio de 2007

Educación para la Ciudadanía

El Consejo de Europa recomienda la Educación para la Ciudadanía. Los obispos, los mismos obispos que cobran de nuestros impuestos, los que con la LOCE impusieron la religión como materia obligatoria en las escuelas, ponen ahora el grito en el cielo porque la escuela forme a los estudiantes en los valores democráticos. Para ellos, que los colegios impartan una materia que habla de la igualdad, el respeto por las minorías, los derechos humanos o la libertad es una situación "de gravedad" que "no permite posturas pasivas ni acomodaticias". Piden a los padres que se alcen en rebeldía "con todos los medios legítimos". Ni con el divorcio se rompía tanto España.La asignatura en cuestión, la "educación para la ciudadanía y los derechos humanos", es una materia no muy distinta a otras similares que se cursan ya en países de nuestro entorno. De hecho, nace de una recomendación del Consejo de Europa (PDF), que en 2002 aprobó que la educación para la ciudadanía ocupase un lugar prioritario en las reformas educativas. La Iglesia -con la habitual propaganda que acompaña a estas movilizaciones- se queja de que el estado asuma "un papel de educador moral". Y tiene gracia: en realidad, la Iglesia se rebela contra los valores. ¿Están en contra de ellos? No: los consideran de su propiedad. Es su monopolio.Para combatir sus mentiras y su hipocresía, divulguemos lo más ampliamente posible toda aquella información veraz que conozcamos. No olvidemos que este es el único medio que no pueden controlar.No dejeis de abrir los vínculos adjuntos. Serán unos minutos muy útiles para ayudarnos a batallar contra toda la bazofia que nos espera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué el PSOE deja hacer de las suyas a la Iglesia Católica? ¿Por qué no le para los pies? ¿Por qué no denuncia el antidemocrático Concordato? ¿Por qué ... ?

Adoctrinamiento religioso fuera de la escuela.

Anónimo dijo...

Pienso como tú, anónimo. He sufrido en mis carnes este intento de adoctrinamiento, a veces en connivencia con un profesorado mal llamado progresista. Y pienso que el poder de la iglesia es tremendo y que nuestra exigencia es bastante tímida frente a la tremenda oposición que ejerce la derecha.