El régimen franquista abrió más de 3600 expedientes policiales por el mero hecho de ser homosexual y hubo más de 1000 condenados entre 1970 y 1979 en aplicación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (LPRS), según datos obtenidos de las Memorias de la Fiscalía del Tribunal Supremo.... "Hubo gente a la que se le practicó la lobotomía por ser homosexual, y hoy siguen condenados a medicarse toda la vida y en manos de neurólogos"
Hombres y mujeres han sufrido a lo largo de la historia tal grado de humillación que a estas hora siento vergüenza de estar aquí y no estar o ser de ese otro tiempo. Tiempos de Miguel de Molina que tuvo que soportar, como tantas otras personas, las humillaciones más aberrantes dictaminadas por políticos y eclesiásticos que se sentían por encima del bien y del mal. Tiempos de Antoni Ruiz que soportó palizas y violaciones y que en el año 1995 volvió a sufrir un expediente intacto. La única forma de reparación que encuentro ante todo este despropósito es la Ley de Memoria Histórica.
Pienso en esa noche en que a Miguel de Molina lo sacan de su casa, lo llevan a un descampado, le arrancan el pelo a jirones, le rompen los dientes y le desfiguran la cara al grito de: ¡Esto por rojo y por maricón!
Y el responsable, es de suponer que moriría en su cama bendecido por todos los mandamientos civiles y religiosos. Y nadie pide perdón por esto. Y encima nos quieren dejar sin memoria.
El orgullo es reivindicación, lucha, llamada de atención y respeto por lo diferente, por el sacrificio que han soportado mujeres y hombres por no estar en la norma, por las renuncias obligadas. El Orgullo tendrá mañana su expresión máxima y yo me voy, compañeros y compañeras, mientras tarareo a Miguel de Molina:
Ná te pido
ná te debo
me voy de tu vera
olvídame ya
que he pagao con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz!
Bien pagá....
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