martes, 12 de febrero de 2008

Relaciones Iglesia Estado

Las chicas musulmanas que se quiten el velo y aprendan nuestros valores y el sr. Botín que haga publicidad de su banco en el mismísimo manto de la Pilarica. Leo por ahí que tuvieron el magno honor de acceder al camerino de la Virgen para besarla, él y sus directivos. Qué buena foto andará por la red si una tuviera tiempo. Ah, y todo esto de la mano del arzobispo Ureña, aquel que fue pillado al doble de la velocidad permitida. No sé si le habrán quitado el carnet o la virgen habrá hecho algún milagro.
Ya imagino a la alcaldesa de mi pueblo midiendo la rentabilidad de regalar un manto a la Virgen de Monserrate con el emblema de Coca cola, o Colsur que también empieza por co. Porque de Urbaser queda poca información. Desaparecido el portátil de las dependencias de la policía con la oferta de Urbaser. Y yastá. Como cuando el asesinato de los marqueses de Urquijo. Desaparecían las pruebas de los juzgados como por arte de magia; o de la virgen. Que las vírgenes son muy milagrosas.
Y que no se me pase: para seguir en la línea matrimonial Iglesia- Estado ha sido nombrado Caballero Cubierto de Orihuela el alcalde de Murcia Sr. Cámara Botía. Méritos: es político del PP; es oriolano; y no sé si será padre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta el ajedrez, observar el tablero y desenmarañar la jugada que lleva a la victoria. Aquí va una que nos hará ganar votos socialistas en Orihuela...
Primero, ya que tenemos politizada la memoria de Miguel Hernández, saquemos a la Virgen de Monserrate con un cartelito en la corona, dorado para que sea subliminal, que ponga "Vota psoe" (esperen, ya puestos, "vota a Antonia" y preparamos el camino de nuestra nº1 para las municipales).
Politizada la patrona, asegurémonos de que en las procesiones salga alguna de nuestras insignes nuevas políticas ateas, pero ahora cristianas, para ganar votos. Propongo que Antonia lleve una banderita en cada mano, con la foto de Miguel Hernández en una y el logo del psoe en la otra y en la mantilla una rosa dibujada.
Es importante q nadie haga preguntas al psoe acerca de su falta de coherencia ética, política...¿No ven a Antonia? Hagan como ella, es decir como un alumno que en clase se porta mal, pero echa las culpas al compañero q lo hace peor. Esa es la idea fundamental: que nos dicen que no tenemos ética, por ejemplo con el tema del vertedero de Torremendo, pues decimos que el PP menos; que dicen que Antonia no es humilde ni motiva a la gente, pues decimos que Mónica Lorente menos; que nos dicen que el psoe politiza la cultura, pues decimos que el PP más. A base de este tipo de comparaciones, ya veréis como conseguimos que aumente el nº de afiliados y nos sentimos más orgullosos de nosotros mismos, aunque cuando estemos en casa a solas seamos conscientes de nuestra propia estupidez. Lo importante es no protestar, así a la larga, en manos de nuestros líderes inteligentísimos y cultivadísimos, conseguiremos q nuestro cerebro haga 'clic', se apague y dejemos q ellos piensen por nosotros. Y ese día, ganamos las elecciones fijo. Ortuño era lo peor, pero estamos lejos aún de lo que podemos llegar a construir de verdad cuando los que dirigen al psoe puedan decir con las manos limpias, no porque lo digan ellos, sino porque se vea, que no han llegado a su puesto por enchufe y que no deben nada a nadie.

Anónimo dijo...

Vuelven las elecciones, vuelve pasaba, vuelve la virgen del Pilar volando por los patrióticos balcones, minúscula, hispánica y arrabalera como un pollo asado dando vueltas al borde de la calle, que es a lo que se parece en la foto. Vemos que Botín, que quizá nunca consume pollo, también vuelve para marcar al ave con su insignia de usura, y a besarle de paso la tostada calavera. Todo vuelve, ya lo dijeron Federico Niche y Cocó Chanel. Lástima que, de momento, no vayan a volver las tres bombas republicanas que antañazo cayeron sobre la basílica, aquellas que no estallaron de puro milagro, esta vez cargadas con plutonio.

Nuchi Belchí dijo...

Todo vuelve, cierto, pero ¿adónde vuelve? Imaginamos regresar al lugar que dejamos, pero ese lugar ya no es el que era; algo ha cambiado también allí.