De nuevo regreso con este título: cinco mujeres. Aunque esta vez el asunto es diferente. Se trata de cinco mujeres que destacan del resto de una comunidad que lleva veinte años extorsionada por un mafioso, Ginés Jiménez Buendía, oficial jefe de la Policía Local de Coslada. Porque ha sido la denuncia de estas cinco mujeres prostituidas la que ha puesto la maquinaria en marcha. En veinte años no ha habido en toda la clase política una persona capaz de parar esto. El alcalde, Ángel Viveros, dice que se ha enterado ahora de la corrupción de la policía y el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Murillo, nos cuenta que no había denuncias. Esto de las denuncias es el colmo del parapeto de algunos gobernantes.
Es que no hay denuncias, decía Dª Mónica Lorente, alcaldesa de Orihuela, con respecto al hospital.
Es que no hay denuncias, decía un responsable de la Confederación cuando se le comentó que una obra, de un conocido e influyente constructor, estaba cogiendo terreno público del margen del río.
Y devuelta la pelota a la ciudadana que ha manifestado la irregularidad, duermen a pierna suelta.
¿Para qué, entonces, las inspecciones? Si tienen indicios de algo, investiguen, es su trabajo.
20 años abusando de un pueblo y nadie mueve un dedo; ni dimite al sentir el miedo, o la impotencia, o la soledad que se instala cuando notas que tu paso no está acompasado con el de tu grupo. Nada.
Gracias a estas mujeres, extorsionadas también, ahora vemos lo que vemos. Y a saber lo que nos queda por ver.
Jiménez Buendía es jefe de la Policía Local de Coslada desde 1986, y fue elegido presidente de la Federación de Asociaciones de Jefes de Policía Local de España en 1994 y reelegido para este cargo en 2006.
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