A este personaje habría que buscarlo, encontrarlo y largarlo de donde está con la misma celeridad que se busca a un maltratador. La carencia absoluta de sensibilidad del individuo en cuestión más el silencio de los responsables eclesiásticos nos da la medida de dónde y en qué manos estamos. Espero que, en breve, alguien diga algo y las puertas de la Catedral de Almería se abran de par en par para recibir a este grupo agraviado. Cuando pienso quién entra y quién sale de las catedrales como Emilio por su casa me dan ganas de llorar.
El que, por lo visto, sí que entiende es David Taguas que sale del área económica del Gobierno y se va a una sociedad de empresas de construcción. Parece ser que esperan un informe para ver si existe o no incompatibilidad. Benditos informes. Y benditas comisiones. Va siendo hora de cambiar algunas leyes. Cuando el Código Penal recoja que un imputado no podrá presentarse ni ejercer en política podremos pensar en la regeneración. Mientras tanto, denunciemos.
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