Acabo de ver un vídeo documental sobre la situación de las mujeres en Irak. Parecía que ya habíamos visto todo el horror que somos capaces de digerir. Pero no. Aún hay más, muchísimo más.En medio de una devastación que te hace masticar el polvo por muy confortable que te sientas en el salón de tu casa, las vidas de las mujeres se nos muestran como insoportables de ser vividas. La viudedad y carga de hijos las coloca en una situación de miseria absoluta. El integrismo campa por sus fueros y ya no saben a quién temer más, si a los americanos, a las milicias islamistas y colaboracionistas, a los chiitas, sunitas u otros dependiendo del lugar en que se encuentren.
Hospitales destruidos, centros públicos, casas de civiles- con la excusa de ser nidos de terroristas-. Sobre una mentira descomunal se ha invadido y condenado a un país que ya no entiende nada. ¿Era esto la democracia?, se preguntan, Pues no la quiero. Que se la queden ellos.
Y pretenderán que olvidemos, que no nombremos -lo que no se nombra no existe-, que no desestabilicemos. Como con nuestra memoria robada.
..."Escuchadme:
No asustéis a las nubes de Bagdad con vuestros aviones.
No sembréis soldados en nuestro jardín.
No quitéis la chilaba a mi madre.
No. Grito "no" a liberar Irak de mí o a mí de él.
Yo soy Irak.
Las aldeas han florecido de mi abrigo, y sé lo que quiero.
Dejadme a mí mismo, a mi familia y a vuestro olvido".
(Muhsin Al-Ramli)
No hay comentarios:
Publicar un comentario