El 1º de Mayo de 1.936 Maruja Mallo presentó este cuadro en el cual vemos cómo de las manos trabajadoras surge el trigo, el pan.
Recuerdo cuando leí aquellos versos de Rafael Alberti a Mª Teresa León:
Cuando tú apareciste
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida...
Recuerdo que pensaba en aquella cueva sin aire y sin salida ¿Qué le habría pasado a Alberti? Supe más tarde que la cueva era el final de su relación con Maruja Mallo, una mujer libre que desafiaba las convenciones sociales con su manera de vivir y amar.
De la generación del 27, gallega, pintora surrealista pienso en la distancia abismal, en cuanto a reconocimiento, que la separan de otros. Curioso.
Imagino lo que debió suponer para Miguel Hernández su encuentro con esta mujer:
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos
que son dos hormigueros solitarios...
La guerra la sorprende con las Misiones Pedagógicas en Galicia y de allí pasa a Lisboa donde es acogida por Gabriela Mistral que ejerce entonces de embajadora de Chile en Portugal.
Admirada por toda una generación de intelectuales- Alberti, Paul Eluard, Ortega, Lorca, Hernández- Marula Mallo vivirá hasta 1.995.
1 comentario:
Gracias Nuchi, por darme a conocer esta pintora. Cuantas mujeres hay en la Historia que merecen ser recordadas.
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