sábado, 12 de enero de 2008

De basuras en Nápoles. De basuras en Orihuela

Qué mal huele este tema en un lugar y en otro. Y me pregunto qué tendrán, mejor dicho, qué dejarán las basuras para que hayamos asistido aquí, en nuestro pueblo, Orihuela, a partidos rotos, concejales implicados de manera más o menos burda, empresarios encarcelados... Supongo que el asunto dejará más beneficios de los que nos cuentan.
Y al ver cómo Nápoles se asfixia en su propia mierda - en sentido literal y figurado- pues ni el ejército obedece al gobierno- pienso en qué está pasando aquí y porqué.
El problema de Nápoles reside en la falta de vertederos ya que unos se cerraron por obsoletos y no se construyeron otros en su lugar por negarse los Ayuntamientos. Pero eso no nos va a pasar a nosotros puesto que ahí está Torremendo para albergar un vertedero comarcal con capacidad para todo lo que venga. Y el vertedero se ha aprobado con el beneplácito de los dos grandes partidos. Y nuestros votos no eran necesarios para sacarlo adelante, es decir, que debería haber habido un claro convencimiento ético.
Y yo no estaría aquí denunciando las dudosas prácticas si se me hubiese explicado correctamente por qué es ésta la mejor ubicación. Porque ya está bien de ampararse en informes técnicos. Las cosas se explican a los pueblos, los votos se argumentan y es entonces cuando podremos defender nuestros acuerdos o desacuerdos con la cabeza alta.
Necesitamos la coherencia de nuestros políticos, la transparencia de sus acciones y explicaciones basadas en la razón y la justicia y no en el interés de no sé quién o quiénes. O sí.
Y termino con unos versos de Kavafis que, dolorosamente y al día de hoy, mantienen su vigor y su ironía:

“¿Qué esperamos aquí todos reunidos en esta plaza?
¡Dicen que hoy llegarán los bárbaros!, contestan (...)
-¿Por qué esa pasividad del Senado, por qué no salen los senadores a oponerse a los bárbaros, por qué no dictan una ley que se oponga a ellos?
La gente contesta: No lo hacen porque hoy llegan los bárbaros y serán ellos quienes impongan las leyes (…).
-¿Por qué hay tanto miedo y desasosiego? ¿Por qué la gente honesta se esconde con rostro preocupado?
Porque hoy van a llegar los bárbaros y entonces ellos no podrán sobrevivir por ser honestos…
El poema continúa, pasa la noche y llega el día siguiente, y el poeta observa que el pueblo sigue reunido.
-¿Por qué la gente está con ese rostro de preocupación, de angustia?
Alguien contesta: Porque no han llegado los bárbaros.
El poeta pregunta: -¿Qué ha sucedido?


Respuesta: Hemos descubierto que los bárbaros ya habitan entre nosotros, gobiernan el Senado, están impresos en la ley, duermen en la cama donde duerme el presidente, viajan en automóviles, están en la empresa, y lo más grave, es que están ya entre nosotros mismos, en nuestras apetencias y en nuestros sueños!(…)

Quién tendrá la valentía de expulsarlos (?)”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando yo era pequeño y hacía alguna trastada, como no era mal chaval y en seguida tenía remordimientos, aun sin q me pillaran mis padres, sentía la necesidad de compensarlo de algún modo: me ponía a estudiar más de lo q necesitaba, hacia un dibujo para mi madre...Cuando uno es adulto, la ley de las compensaciones deja de funcionar tan bien. Cada día hay q tomar decisiones y pocas veces son fáciles o el camino del "bien" se muestra nítido. Si alguno de ustedes se dedica a la política habrá aprendido el arte del autoengaño -¿recuerdan la novela 1984 de George Orwell?-. Cuando usted se autoengaña sufre menos ante la toma de decisiones que le supongan un deterioro en su autoestima. Y los siguientes supuestos, ya no parecen erróneos:

-Creer q la ley de compensaciones está vigente;
-Creer q elegir el camino correcto es subjetivo, pues el concepto de bien y mal son conceptos antropocéntricos: ahí tenéis a la mantis devorando la cabeza de su macho y desde su perspectiva está "bien" -por tanto, el bien es subjetivo...Por ende, todo vale;
-Pensar q si se comete un error o una mala acción política, incluso a sabiendas, el adversario político es mucho peor en cualquier caso y por tanto nosotros no tenemos por qué flagelarnos...

Ya, vale... Pero entonces propongo un debate. ¿Es ético participar en la política socialista cuando se producen este tipo de delirios de izquierda? Ripoll se sube el sueldo -lo digo para q no se olvide- y los socialistas se abstienen; se corta la calle de Arriba en el acto aquel de Miguel Hernández y los socialistas van a la cena...De esto hace un tiempo. Lo último: la guinda de las basuras en Torremendo, ¡ya no hay ni abstención!. Formas, formas y más formas... ¿Y el fondo para cuándo? Muchos políticos de izquierdas, harán mañana funcionar la ley de compensación y todo quedará olvidado, al menos para los q no vivan en Torremendo. ¡Qué coño!, ¡metámonos de una vez en el PP!. Puestos a renunciar a ideales, a valores, a ridiculizar y apartar la memoria de los q marcaron el camino o lo marcan lejos, en otras zonas apartadas de este bendito litoral inmobiliario mediterráneo, la mejor alternativa es unirnos a la derecha para reformarla desde dentro; hacer un partido más fuerte y dejar a los irredentos de IU o a Los Verdes q se hagan con la izquierda ingénua del país empeñada en actuar desde la humildad. La izquierda inteligente, la izquierda q ha aprendido q la vida no es perfecta, tiene su sitio en un futuro PP renovado. Desde él, podrán votar todos juntos sin q ningún medio de comunicación ni ningún votante crítico pueda interpretar q al final da igual votar a izquierdas o a derechas, pues la basura se la van a plantar al lado de su casa vote a quien vote.
Una explicación pública ya. A este tema y a todos. Los políticos q nos representan también las habrían reclamado antes de dedicarse a la política y entrar en el juego.

Nuchi Belchí dijo...

Todo esto, amigo anónimo, debería estar pagado. Pagado con dinero, reconocimiento, espacios.Pero, hasta que esto llegue, le ruego acepte mis felicitaciones por su lucidez al servicio de "nada". Porque cuántos y cuántas venden al mejor postor su incompetencia y servilismo.Y son "pagados", no lo olvidemos.

Un abrazo

Nuchi

Y aprovecho este espacio para recordar a mi querido D. Miguel: venceréis pero no convenceréis.

Anónimo dijo...

Lo importante es q las palabras tengan eco, como si aun escritas, pudieran circular por el aire como un grito de rebeldía...
Gracias a ti por tu blog.