Era algo parecido a esto.
Gracias a los tres.
Espacio de reflexión, denuncia, recreo y conocimiento. No, no es demasiado si lo hacemos.

Nace en la Habana de una pareja española, en la zona hoy conocida como La Habana Vieja
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer ví en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
Dos veces ví el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez - en la reja,
A la entrada de la viña,-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: - cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, - es
Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto.
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
(Versos sencillos- José Martí)

Hija del general del Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo, autor de la letra del Himno Nacional de Cuba, Dulce María, nace en La Habana, el 10 diciembre 1902, en el contexto de una familia, de gran sensibilidad ante las manifestaciones artísticas y culturales y de consustanciales sentimientos patrios, entorno familiar altamente propicio para la poesía.
No sé cómo he tardado tanto en hablar de la diosa Kumari. Porque cuando estuvimos en Nepal fuimos a visitarla a su templo, en Katmandú, como una atracción exótica. Entonces me enteré bien de las condiciones de vida de estas niñas. Son elegidas al poco tiempo de nacer entre niñas de la casta Sakya -casta de reyes y guerreros- y deben reunir una serie de requisitos: haber nacido bajo la luna llena de abril; tener la piel blanca y perfecta, sin cicatrices; los ojos negros o azules; la voz suave y grave; los dientes en forma de semilla de pepino; las orejas de buda... y pasar por una difícil prueba de valentía: durante una noche permanecerá sola en el palacio con la imagen de la diosa Taleju, rodeada de las cabezas de los búfalos sacrificados especialmente para la ceremonia. Si no llora ni da muestras de tener miedo significa que la diosa se ha encarnado en ella.
El 30 de mayo de 2004 escribí un texto breve que titulé He vuelto a Marrakech. Y lo hice impactada por el lamentable estado del Colegio Público de Torremendo que acabada de visitar. Reproduzco una parte: