...Las sanciones económicas contra Cuba también tienen carácter extraterritorial y afectan a las empresas extranjeras. Así, todo producto que contenga un 10% de componente estadounidense no puede exportarse a Cuba. De la misma forma, todo producto que contenga un componente cubano no puede venderse en el mercado estadounidense. Por ejemplo, una empresa francesa de pastelería tiene que demostrar al Departamento del Tesoro que sus productos no contienen un solo gramo de azúcar cubana, antes de poder distribuirlos en el mercado estadounidense. Una empresa de automóviles japonesa también tiene que probar que sus coches no contienen un solo gramo de níquel cubano antes de poder acceder al mercado estadounidense.
La empresa japonesa Nikon estuvo en el centro de un escándalo que ilustra el alcance absurdo de las sanciones económicas. Raysel Sosa Rojas es un niño de 13 años que padece una hemofilia hereditaria incurable. Ganó el XV Concurso Internacional de Dibujo Infantil del Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNMA). Durante la ceremonia que se celebró el 5 de junio de 2006, día del medio ambiente, en el Palacio de Naciones de Argel, el premio -una cámara fotográfica de la marca Nikon- no se le entregó. En efecto, después de las presiones estadounidenses, la multinacional nipona se negó a entregar el aparato numérico otorgado por las Naciones Unidas por miedo a represalias [5].
"Me dijeron que como era cubano, no podía recibirlo", subrayó el joven enfermo, con tristeza. "Vi que todos los demás tenían un premio y yo no", agregó. A pesar de la intervención de las autoridades argelinas, el presidente de la firma Nikon se mantuvo inflexible [7].
Jorge González, el profesor cubano que acompañó al pequeño Raysel, denunció "la aplicación extraterritorial de las leyes de un estado en otro, pues es Estados Unidos quien mantiene el bloqueo a Cuba, no Japón, por lo que la empresa Nikon se hace cómplice con este acto del atropello a que se somete a mi pueblo desde hace más de 45 años". Agregó que "se castiga a un niño por algo que jamás podría comprender. Yo trataba de explicarle lo que estaba ocurriendo, pero él no podía entenderlo, ni yo tampoco [...]. Se le estaba haciendo pagar un precio muy caro por el único delito de ser un niño de Cuba [...]. No entendió nunca por qué existía una ley de Estados Unidos que le prohibía tener una cámara fotográfica" [8].
El caso del pequeño Raysel muestra las proporciones espantosas de la agresión económica contra Cuba, pero sólo constituye la punta del iceberg. El gobierno estadounidense acaba de colocar en su lista negra al banco holandés Netherland Caribbean Bank (NCB), una filial del grupo ING, a causa de sus relaciones comerciales con Cuba. Ahora la NCB no puede hacer negocios con ninguna empresa o ciudadano estadounidense. Las sanciones económicas contra Cuba no son en absoluto un asunto bilateral entre dos naciones [9].
En marzo de 2006, el Departamento de Tesoro prohibió a cerca de 100 científicos neurólogos y médicos estadounidenses que participaran a la 4ª Conferencia Internacional sobre Coma y Muerte que tenía lugar en La Habana. Según las autoridades, tal participación no era consecuente con la política exterior de Estados Unidos [10].
En septiembre de 2006, Estados Unidos negó una visa al Ministro cubano de Salud, José Ramón Balaguer. Éste había sido invitado a participar en una reunión del Comité Directivo de la Organización Panamericana de Salud (OPS) del 25 al 29 de septiembre, pero no pudo asistir al evento a pesar de que Cuba es miembro fundador de dicha institución. Una vez más, Washington no respetó las obligaciones de los países que son sede de un organismo internacional [11].
Los ejemplos sobre los efectos perversos de las sanciones económicas podrían multiplicarse hasta el infinito. Ya es hora de que cese este ensañamiento sórdido y cruel contra la población cubana.
La empresa japonesa Nikon estuvo en el centro de un escándalo que ilustra el alcance absurdo de las sanciones económicas. Raysel Sosa Rojas es un niño de 13 años que padece una hemofilia hereditaria incurable. Ganó el XV Concurso Internacional de Dibujo Infantil del Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNMA). Durante la ceremonia que se celebró el 5 de junio de 2006, día del medio ambiente, en el Palacio de Naciones de Argel, el premio -una cámara fotográfica de la marca Nikon- no se le entregó. En efecto, después de las presiones estadounidenses, la multinacional nipona se negó a entregar el aparato numérico otorgado por las Naciones Unidas por miedo a represalias [5].
"Me dijeron que como era cubano, no podía recibirlo", subrayó el joven enfermo, con tristeza. "Vi que todos los demás tenían un premio y yo no", agregó. A pesar de la intervención de las autoridades argelinas, el presidente de la firma Nikon se mantuvo inflexible [7].
Jorge González, el profesor cubano que acompañó al pequeño Raysel, denunció "la aplicación extraterritorial de las leyes de un estado en otro, pues es Estados Unidos quien mantiene el bloqueo a Cuba, no Japón, por lo que la empresa Nikon se hace cómplice con este acto del atropello a que se somete a mi pueblo desde hace más de 45 años". Agregó que "se castiga a un niño por algo que jamás podría comprender. Yo trataba de explicarle lo que estaba ocurriendo, pero él no podía entenderlo, ni yo tampoco [...]. Se le estaba haciendo pagar un precio muy caro por el único delito de ser un niño de Cuba [...]. No entendió nunca por qué existía una ley de Estados Unidos que le prohibía tener una cámara fotográfica" [8].
El caso del pequeño Raysel muestra las proporciones espantosas de la agresión económica contra Cuba, pero sólo constituye la punta del iceberg. El gobierno estadounidense acaba de colocar en su lista negra al banco holandés Netherland Caribbean Bank (NCB), una filial del grupo ING, a causa de sus relaciones comerciales con Cuba. Ahora la NCB no puede hacer negocios con ninguna empresa o ciudadano estadounidense. Las sanciones económicas contra Cuba no son en absoluto un asunto bilateral entre dos naciones [9].
En marzo de 2006, el Departamento de Tesoro prohibió a cerca de 100 científicos neurólogos y médicos estadounidenses que participaran a la 4ª Conferencia Internacional sobre Coma y Muerte que tenía lugar en La Habana. Según las autoridades, tal participación no era consecuente con la política exterior de Estados Unidos [10].
En septiembre de 2006, Estados Unidos negó una visa al Ministro cubano de Salud, José Ramón Balaguer. Éste había sido invitado a participar en una reunión del Comité Directivo de la Organización Panamericana de Salud (OPS) del 25 al 29 de septiembre, pero no pudo asistir al evento a pesar de que Cuba es miembro fundador de dicha institución. Una vez más, Washington no respetó las obligaciones de los países que son sede de un organismo internacional [11].
Los ejemplos sobre los efectos perversos de las sanciones económicas podrían multiplicarse hasta el infinito. Ya es hora de que cese este ensañamiento sórdido y cruel contra la población cubana.
Salim Lamrani
(Adital- Cubaminrex)
No hay comentarios:
Publicar un comentario