Nos encontramos en el tiempo... Y en el espacio. Fue en la casa de Nicolás Gullén mientras recordábamos las notas con las que Pablo Milanés nos regaló su Canción. Y es que, me parece, que lo que los poetas unen es difícil separarlo.
Y nos hicieron el regalo de despedida más hermoso que podíamos imaginar para decir adios a Cuba, ese gran pueblo que sufre.
Era algo parecido a esto.
Gracias a los tres.
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