martes, 30 de enero de 2007

30 enero. Día de la Paz

Por la paz y contra el terrorismo


El pasado día 30 de diciembre ETA hacía saltar por los aires las esperanzas de paz que durante un tiempo habíamos albergado. Y lo que es peor, ponía fin a la vida de dos trabajadores que habían recorrido un camino largo, duro y difícil para poder comer cada día. De manera que estamos donde estábamos hace un tiempo sólo que con dos vidas menos y con un camino largo, duro y más difícil todavía que recorrer para poder alcanzar la paz.

Las vidas que siguen siendo vividas durante el tiempo pasado de relativa calma no pueden saberse, sería especulación y no estoy hoy aquí para especular sino para condenar unos métodos que impone el terror. Pero lo que no es especulación es el respiro que han supuesto estos meses para personas que estaban en el punto de mira de ETA. Por un tiempo han sabido lo que es prescindir de la escolta, subir al coche sin mirar los bajos, entrar a un bar sin recelar del extraño. Por un tiempo esta sociedad ha podido imaginar que la paz era posible.

Se decía por parte del PP a lo largo de estos nueve meses que el Gobierno y Zapatero como su máximo representante se habían rendido ante ETA. Ya ven la rendición, señoras y señores del PP, ya ven las contraprestaciones y la política ocultista de Zapatero. Desde que empezó este proceso no he visto ni un solo gesto, no ya de apoyo, sino de respeto al Gobierno que nos representa. Lo que sí he visto ha sido un atosigamiento permanente al Gobierno desde todos los frentes, una falta absoluta de sentido de Estado y una demagogia rayana en el cinismo que me han dejado muda en más de una ocasión. Han condenado el atentado, por supuesto, pero dejando ver un reproche al Gobierno que sin lugar a dudas enardece a la derecha más extrema que tienen incorporadas en sus prietas filas.

Desde el PSOE condenamos con energía este atentado que supone una marcha atrás en el camino hacia la paz y con la misma energía lamentamos el uso partidista que se está haciendo del dolor por parte del primer partido de la oposición que tendría que dar ejemplo de respeto y apoyo a una iniciativa demandada por la sociedad y cuyo fin, la paz, esta sociedad merece.

Quiero terminar con una frase de Gandhi que espero y deseo subscribamos todas las personas de buena voluntad: No hay caminos para la paz. La paz es el camino.

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